
Estrategia vs Táctica: Introducción a la Estrategia y la Táctica
¿Qué tienen en común Napoleón, Steve Jobs y Kaspárov?
Son reconocidos por ser grandes estrategas. Y lo son en ámbitos tan dispares como el militar, el empresarial, o el ajedrez.
Ninguno de ellos empezaría jamás sus movimientos (militares, empresariales o de piezas de ajedrez) improvisadamente, sino todo lo contrario: realizan movimientos muy pensados para lograr su objetivo, sea este la victoria sobre el oponente, u otro. Esos movimientos tan pensados son la aplicación de una táctica, que a su vez es la aplicación concreta de una estrategia.

A menudo, “estrategia” y “táctica” se utilizan indistintamente para describir “el plan para lograr un objetivo”. Pero si se analiza más detenidamente se comprenden su relación y diferencias. Hay que pensar de manera estratégica y luego aplicar una táctica concreta.
La estrategia es el rumbo que quiero tomar para alcanzar mi objetivo a largo plazo.
La estrategia son grandes líneas maestras, un marco que guía la dirección y el enfoque de una organización, estableciendo los principios y la visión a seguir.
La táctica es el detalle de cómo pongo la estrategia a trabajar a corto plazo.
La táctica son las acciones y decisiones concretas realizaré para llevar a cabo esa estrategia.
Al igual que esos grandes estrategas mencionados, puedes usar la estrategia y la táctica para lograr tus objetivos, personales o de tu organización.
Desglosando la Estrategia y la Táctica: Qué debe tener una estrategia efectiva
Una estrategia efectiva siempre se basa en una visión a largo plazo. Esto implica entender no solo dónde estás ahora, sino también dónde quieres estar en el futuro.
Define el propósito y el destino final de tu empresa o proyecto, orientado a resultados globales. Requiere un análisis profundo del entorno, competidores y recursos propios. Toda estrategia efectiva debe incluir indicadores o métricas para evaluar su progreso de forma periódica.
En el contexto de OKRs, hemos de considerar que la estrategia debe tener unos objetivos aspiracionales.

Qué debe tener una táctica exitosa
Si queremos lograr una táctica exitosa hay una serie de elementos que debemos tener en cuenta que nos ayudaran:
- Objetivos claros y definidos, idealmente con el método SMART
- Flexibilidad. Serán tácticas capaces de adaptarse a cambios en el entorno, y de responder de manera efectiva a imprevistos, siempre de forma alineada con la estrategia.
- Concreción, con enfoque en detalles específicos.
- Aplicabilidad inmediata, ya que la táctica se orienta al corto plazo.
Diferencias entre Estrategia y Táctica en diversos ámbitos
En este apartado vamos a ver ejemplos de estrategia y táctica en distintos entornos, por ejemplo el Militar, ajedrez, marketing digital y empresa.
Diferencia entre Táctica vs Estrategia Militar
La estrategia define el “qué” y el “por qué” de las operaciones militares, mientras que la táctica se ocupa del “cómo”. Por ejemplo:
- Estrategia: La estrategia aliada durante la Segunda Guerra Mundial era abrir un frente en Europa occidental para aliviar la presión sobre la Unión Soviética y avanzar hacia Alemania para derrotar al Eje.
- Táctica: Las tácticas incluyeron el uso de paracaidistas para asegurar puentes y rutas clave detrás de las líneas enemigas, el bombardeo aéreo y naval para debilitar las defensas alemanas, y el asalto anfibio en las playas de Normandía para establecer una cabeza de playa.
Diferencia entre Táctica vs. Estrategia en Ajedrez
La táctica en ajedrez se refiere a maniobras y secuencias de movimientos concretos que tienen un objetivo inmediato y calculable, con un impacto a corto plazo en el juego. Ejemplos: jugadas como jaques dobles, clavadas, descubiertos, sacrificios tácticos, y mates forzados.

La estrategia en ajedrez se refiere a la planificación a largo plazo. Se centra en mejorar la posición general, preparar futuras acciones, y debilitar las posiciones del oponente de manera gradual. La estrategia puede no tener un impacto inmediato, pero establece las condiciones para futuros éxitos tácticos. Ejemplos: la elección de aperturas, controlar el centro del tablero, el manejo de la estructura de peones, y la explotación de casillas débiles del oponente.
Diferencia entre Táctica vs. Estrategia en Marketing Digital
En el marketing digital, la planificación estratégica implica definir los objetivos a largo plazo, como mejorar el reconocimiento de la marca o incrementar las ventas online, y determinar los canales y audiencias clave.
Las tácticas en este ámbito incluyen campañas de correo electrónico, publicidad en redes sociales, optimización de motores de búsqueda (SEO) y marketing de contenidos, todas diseñadas para cumplir con la estrategia.
Ejemplo: consideremos el objetivo de aumentar el tráfico web en un 30% en seis meses. La estrategia sería «mejorar la visibilidad online y el reconocimiento de marca a través de contenido relevante y SEO». Las tácticas incluirían «crear y publicar blogs semanales sobre temas de interés para nuestro público», «usar palabras clave específicas para mejorar el SEO» y «promocionar el contenido a través de redes sociales».
Diferencia entre Táctica vs. Estrategia Empresarial
En el ámbito de toda la empresa, la estrategia podría implicar la expansión a nuevos mercados o la diversificación de productos, mientras que las tácticas serían las acciones específicas como lanzamientos de productos, alianzas con otras empresas, o campañas de publicidad específicas.
Estrategia, Tácticas y Tareas: la jerarquía de planificación
Las tareas son las acciones específicas y cotidianas que se realizan para ejecutar las tácticas. Son los pasos concretos que garantizan que las tácticas apoyen efectivamente la estrategia.

En la administración de empresas, una estrategia puede ser “aumentar la satisfacción del cliente”. Las tácticas podrían incluir “mejorar el soporte al cliente”, mientras que las tareas serían acciones como “responder a consultas de clientes dentro de un plazo específico”.
Indicadores Clave: midiendo el éxito de Estrategias y Tácticas
La medición del éxito tanto de estrategias como de tácticas es fundamental para cualquier organización. Los Indicadores Clave de Rendimiento (KPI) son herramientas esenciales para ello, pues son una forma cuantitativa de evaluar la efectividad de las acciones implementadas.
Para que los KPI sean efectivos deben estar integrados en todas las etapas de la planificación y ejecución de la estrategia y las tácticas. Esto implica:
- Establecer KPIs SMART: tanto para estrategias como para tácticas, los KPIs deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con fecha máxima.
- Monitoreo Continuo: revisar y analizar regularmente los KPIs para asegurar que las estrategias y tácticas van por el camino correcto.
- Ajustes Basados en Datos: reaccionar con ajustes estratégicos y tácticos según sean los resultados observados en ese monitoreo contínuo de los KPIs.

Indicadores para Estrategias
Los KPI para estrategias a largo plazo deben alinearse con los objetivos generales de la organización. Como ejemplos, los KPIs podrían incluir la cuota de mercado, el crecimiento de ingresos o la retención de clientes. En una estrategia de marketing digital, un KPI podría ser “aumentar el tráfico orgánico del sitio web en un 40 % en el próximo año”.

Indicadores para Tácticas
Los KPIs para las tácticas son más específicos y se centran en resultados a corto plazo. En tácticas de marketing digital, algunos KPI podrían incluir las tasas de clics en una campaña de correo electrónico, el tráfico web o las conversiones de ventas a corto plazo. Por ejemplo, un KPI podría ser «aumentar la tasa de clics (CTR) de la campaña de email marketing en un 5 % en el próximo trimestre».
Comunicación y Branding: la intersección de estrategia y táctica
La comunicación y el branding son áreas donde la distinción y la interacción entre estrategia y táctica son particularmente evidentes y cruciales para el éxito.
Estrategia de Comunicación
Una estrategia de comunicación integral es un plan a largo plazo que define cómo una empresa se comunica con su audiencia, clientes y otras partes interesadas. Esta estrategia incluye: Identificación del Público Objetivo, Mensaje Clave y Posicionamiento de Marca y Canales de Comunicación. Por ejemplo, una estrategia podría ser “posicionar la marca como líder en innovación tecnológica en fotografía”.

Tácticas de Branding
Las tácticas de branding son las acciones específicas para implementar esa estrategia de comunicación. Estas pueden incluir: campañas publicitarias, marketing de contenidos, eventos y patrocinios. Tomando el ejemplo anterior, una táctica podría ser «lanzar una serie de anuncios enfocados en la innovación tecnológica de las nuevas cámaras fotográficas».
Estrategia vs Táctica: aplicación en las metodologías ágiles
Cuando queremos aplicar las metodologías Agile sobre estrategia y táctica, es necesario considerar diversos puntos:
- Planificación estratégica
- OKRs
Agile y la Planificación Estratégica
Las metodologías ágiles encajan perfectamente con la planificación estratégica, ya que el manifiesto agile promueve la revisión y adaptabilidad continuas en respuesta a los cambios en el entorno, incluso para la estrategia enfocada en el largo plazo. A diferencia de los planes estratégicos plurianuales que solo se revisaban a su finalización tras varios años, con Agile se promueven revisiones más frecuentes, p. ej. del roadmap con hitos trimestrales o semestrales.
Implementación de Tácticas Ágiles
Las tácticas, por su enfoque en el corto plazo, se benefician incluso más que las estrategias de ese enfoque agile en la rapidez de adaptación en respuesta a los resultados y al feedback frecuente de los clientes.
Las distintas metodologías agile proporcionan herramientas que facilitan incorporar esta rapidez de adaptación.

Estrategia vs. Táctica: OKRs
Los OKRs conectan la estrategia (a dónde quiere llegar la organización) con la táctica (cómo se llegará allí), asegurando que todas las actividades estén alineadas y contribuyan a los objetivos generales de la organización.
Alineación con la Estrategia: Los OKRs comienzan con la definición de objetivos que están directamente alineados con la visión y las metas estratégicas de la organización. Esto garantiza que todos los esfuerzos estén dirigidos hacia los mismos fines estratégicos.
Desglose en Tácticas: Los resultados clave desglosan estos objetivos estratégicos en tareas específicas, medibles y orientadas a la acción. Actúan como un puente entre los objetivos a largo plazo y las acciones cotidianas.
Flexibilidad y Agilidad: Los OKRs permiten adaptarse a cambios rápidos en el entorno empresarial. Si bien los objetivos pueden mantenerse estables, los resultados clave pueden ajustarse tácticamente para responder a las necesidades cambiantes.
Enfoque en Resultados: Al centrarse en los resultados clave, los OKRs evitan la trampa de confundir actividad con productividad. Esto mantiene a la organización enfocada en las acciones que realmente impulsan el avance hacia los objetivos estratégicos.
Transparencia y Colaboración: Los OKRs promueven la transparencia al hacer que los objetivos y sus progresos sean visibles para todos en la organización. Esto fomenta la colaboración y la comprensión de cómo las contribuciones individuales y de equipo se alinean con la estrategia global.
Revisión y Ajuste Continuo: Los ciclos regulares de revisión de OKRs (trimestrales o mensuales) permiten evaluar el progreso y realizar ajustes tácticos. Esto asegura que la organización permanezca en el camino correcto y se adapte a las circunstancias cambiantes.
Conclusión: integrando Estrategia y Táctica para el Éxito
Confiamos en que los múltiples ejemplos que te hemos compartido te hayan inspirado a la acción.
Para lograr el éxito organizacional, es crucial que la estrategia y las tácticas estén alineadas y se refuercen mutuamente. Una estrategia bien definida, apoyada por tácticas eficientes y tareas bien ejecutadas, así como adecuados indicadores de progreso que nos permitan pivotar cuando sea necesario, son la clave para alcanzar los objetivos a largo plazo.



