Equipos Agile: las 3 lecciones indispensables para gestionar equipos de manera eficaz
08/01/25

Cuando comencé mi viaje en la gestión agile, no imaginaba los desafíos que enfrentaría ni el impacto transformador que tendría en mi forma de trabajar. Liderar equipos bajo agilidad y Scrum parecía simple en teoría, pero la realidad fue completamente diferente. Todo empezó con una serie de equipos y stakeholders para los que todo esto de agilidad y Scrum era nuevo.

En este artículo quiero compartir contigo lecciones clave que me hubiera gustado saber desde el principio. Lecciones que no solo cambiaron mi forma de trabajar, sino que también me enseñaron lo que realmente importa en la gestión ágil: la mentalidad y el valor entregado al cliente. La gestión ágil es un enfoque que requiere aprendizaje continuo y una mentalidad de liderazgo agile.

Lección 1: Comenzar con un mentor en gestión agile marca la diferencia

Cuando empecé a trabajar con equipos ágiles, uno de los mayores desafíos fue gestionar varios equipos a la vez, sin la guía o acompañamiento de alguien con más experiencia. Si bien no fue la primera iniciativa que llevamos a cabo, sí fue la primera en la que revolucionamos el modelo al completo.Como en todas las transformaciones, me encontraba constantemente tomando decisiones en base a lo que creía que era lo correcto, sin tener siempre la seguridad de estar siguiendo el camino adecuado. Al principio, el riesgo de cometer errores era alto, especialmente cuando se trataba de interpretar correctamente los marcos ágiles y asegurarme de que todos los equipos estuvieran alineados con los objetivos.

Lo que aprendí

Contar con un mentor en agilidad o un experto en liderazgo agile te guía en el camino, te reta a mejorar, te acompaña y potencia tu crecimiento y el de los equipos y, además, acelera la adopción de los nuevos frameworks (o cambios culturales).

Un experto en liderazgo agile también te aporta feedback, te aporta retarte en todas las decisiones que puedes llegar a tomar, te enseña que esto va más allá de los procesos. Además, te puede ayudar a ver los matices que no captas cuando eres nuevo, te ayuda a reflexionar sobre los objetivos de las acciones que estás realizando, y te enseña a adaptarte a las realidades cambiantes de cada equipo.

Otro conocimiento que me llevé es que no todo funciona igual en todos los equipos. Los equipos son entes únicos, cada uno tiene su propia personalidad, sus fortalezas y debilidades, lo que realmente marca la diferencia es la forma en que puedes entender las dinámicas de cada equipo. Este enfoque también permite acelerar la implementación de frameworks como Scrum y Kanban, adaptándolos mejor a las necesidades de cada equipo.

¿Qué me hubiera gustado tener? Un acompañamiento por parte de alguien con más experiencia, para así haber podido identificar rápidamente estas dinámicas y adaptar mis enfoques en consecuencia. A menudo, un consejo, una experiencia previa, una reflexión profunda, una comprensión en profundidad del framework puede marcar la diferencia entre un equipo motivado que entrega valor frente a otro que está intentando adaptarse a una nueva manera de hacer.

Consejo práctico

Si estás comenzando en el rol de Scrum Master o facilitador, busca un mentor dentro o fuera de tu organización. Aún si ya tienes experiencia en gestión de proyectos, tener una persona con conocimientos ágiles te ayudará a acelerar tu proceso de aprendizaje.

Lección 2: Shu Ha Ri: el modelo clave para dominar la agilidad

Cuando comencé a trabajar con Scrum y la gestión ágil, inicialmente me enfoqué en seguir ceremonias y prácticas sin cuestionarlas. Empecé aplicando los procesos de Scrum de manera rígida, siguiendo el marco tal cual estaba indicado. Mi pasado me decía que, si aplicaba a rajatabla los procesos, era «estricto» con las reglas y cumplía todos los rituales del framework, el éxito estaba asegurado.

Sin embargo, pronto me di cuenta de que no se trata solo de seguir una lista de pasos. El verdadero desafío es evolucionar, es cuestionarse lo que hacemos y siempre tener como objetivo cómo puedo mejorar (“Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas.”Agile Manifesto). Y más bien tarde que temprano, descubrí el concepto de Shu Ha Ri, que explica las etapas del aprendizaje, que aplicado a la agilidad se podría explicar cómo:

  • Shu: En esta fase lo importante es el proceso. El objetivo de este paso es aprender las reglas fundamentales sin desviarse de ellas, conocer en profundidad los eventos y seguir al pie de la letra el framework para comprender la mecánica de funcionamiento. Por otro lado, fue importante no saltarse ningún paso, no adaptar, confiar en el proceso para automatizarlo, para que los equipos tuvieran claridad desde el inicio y evolucionaran hacia una comprensión de los beneficios de las nuevas maneras de hacer y entender todos los matices del framework.
  • Ha: Una vez que ya tenemos los procesos interiorizados y comprendidos, el siguiente paso es empezar a adaptarlos y ajustarlos según las necesidades de los equipos y del contexto. Este es el inicio de la agilidad, empezamos a adaptar el framework, a añadir otras prácticas que nos ayudan a mejorar la entrega. Cuando logré esta fase, entendí que no se trataba solo de seguir los procesos, sino de buscar el valor real de esas prácticas y de adaptarse a las circunstancias particulares de cada equipo. Por ejemplo, centrarse en lo esencial de cada uno de los eventos: Planning (en base a entrega de valor alineado con la estrategia de la empresa por encima de eficientar los recursos), Daily (sincronización del equipo por encima del reporting), Review (feedback de los stakeholders y validación de las prioridades por encima de una demo), Retrospectiva (aumentar la calidad y la eficacia por encima de hacer dinámicas).
  • Ri: El momento de la internalización de los procesos y la libertad. En esta fase lo importante es la mejora del rendimiento, la mejora y adaptabilidad de los equipos. Aquí es cuando la agilidad fluye. Ya no es solo un conjunto de prácticas, sino un modo de pensar y actuar.

Lo que aprendí

El primer paso para cualquier Scrum Master o miembro del equipo es entender el framework e interiorizar tanto el proceso como sus principios. No se trata de aplicar eventos o procesos sin más, sino que se trata de reflexionar sobre cada práctica, proceso o evento para determinar cómo contribuyen al objetivo de aportar valor al cliente. A medida que el equipo y el negocio maduran y adquieren experiencia, es fundamental comenzar a adaptarlo y evolucionarlo. La verdadera agilidad trata de cómo nos ajustamos para crear el mayor valor posible.

Consejo práctico

Sigue el camino, practica estrictamente el framework, evoluciona y ajusta según tus necesidades y, finalmente, llegarás a SER y ESTAR orientado a tu cliente.

Lección 3: Enfócate en la entrega continua de valor en la gestión agile

Cuando te inicias en una metodología ágil o en frameworks como Scrum o Kanban, es fácil perder el foco en lo esencial: la entrega de valor al cliente. Es habitual que nos desorientemos y que los procesos, o bien, cumplir con la entrega de las tareas del backlog sean lo importante, que prioricemos el hacer cosas, muchas cosas. Sin embargo, lo que realmente importa no es cuántas tareas se completan, sino cuánto valor real se entrega al cliente a lo largo del proceso.

Lo que aprendí

La entrega continua, incremental y sostenible es lo que aporta.

No solo se trata de hacer muchas cosas y entregar todo lo que está en el backlog, se trata de asegurarnos de que el cliente vea el valor desde el inicio del proyecto y a lo largo de cada iteración y, lo más importante, entregar lo que aporta valor al cliente. Esto implica tener una visión clara del cliente y del producto desde el principio, para que el equipo pueda adaptarse y entregar lo que realmente importa, de manera constante.

En mi experiencia, descubrí que el valor no siempre se mide solo por lo que entregas, sino por la forma en que el cliente percibe esa entrega. Un proyecto puede estar completamente terminado y entregado, pero si no resuelve la necesidad del cliente o no aporta valor, habremos entregado muchas tareas, pero no habremos cumplido con nuestro propósito. En cambio, manteniendo un enfoque incremental, iterativo y asegurándonos de que estamos construyendo lo que realmente necesita el cliente, conseguiremos mantener un enfoque constante en la entrega continua de valor.

Consejo práctico

Trabaja en identificar qué aporta valor al cliente, ten conversaciones de alineamiento y define qué tareas y características realmente aportan valor al cliente. Utiliza métodos como User Stories Mapping para cocrear y priorizar las funciones que realmente resuelven los problemas del cliente y alinéate con él para entregarlas las primeras. Esto creará una visión de valor tangible desde el inicio y reducirá el riesgo de estar haciendo trabajo que no importa tanto. Y recuerda el mantra de “Stop starting, start finishing”. (“Entregamos software funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses, con preferencia al periodo de tiempo más corto posible.”Agile Manifesto).

La agilidad no es un destino, ni un mandato inquebrantable, es un viaje continuo.

Las claves: paciencia, perseverancia y un enfoque constante en la mejora continua.

Los frameworks y procesos nos aportarán orden, pero la mentalidad es la que nos ayudará a poner al cliente en el centro, nos ayudará a centrarnos en el valor tangible de nuestro trabajo y a aprender de cada experiencia. Mantén la mente abierta, adapta el enfoque cuando sea necesario y sigue aprendiendo.

Si te interesa profundizar en gestión ágil, liderazgo agile o frameworks como Scrum y Kanban, Contacta con Nosotros en el siguiente LINK.

Autor

  • Agile Consultant en SmartWay VP. Scrum Master Certificado y Coach Sistémico. Con más de 10 años de experiencia transformando equipos y organizaciones

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